La activación de las Salas de Gobierno Comunal se consolida como un eje prioritario en Venezuela, en medio de un despliegue nacional para fortalecer el Sistema de Gobierno Popular. Durante esta semana, múltiples territorios fueron testigos de inauguraciones simultáneas, con la presencia de autoridades del Ejecutivo nacional, líderes locales y representantes del Poder Popular.

En un esfuerzo por profundizar la organización desde las bases, el gobierno venezolano impulsa la creación de estas salas, concebidas como plataformas para articular demandas sociales y ejecutar soluciones colectivas. Estas estructuras, integradas por consejos comunales y organizaciones sociales, buscan garantizar que las comunidades prioricen y supervisen proyectos en áreas como infraestructura, salud y educación.

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María, habitante de El Valle, en Caracas, y coordinadora de un comedor popular, explica con orgullo el origen del proyecto: «Nosotros estamos aquí para cumplir con esa meta y con todo aquello tan hermoso que nuestro presidente Chávez nos enseñó y nos dio».

La vocera insiste en que la «llama» de la solidaridad no se apaga, pese a las adversidades «Para nosotros no hay bloqueo, no hay nada. El revolucionario lucha contra viento y marea. Aquí estamos, de la mano con el presidente Maduro, para que este programa siga adelante por muchos años». Su testimonio subraya que las sanciones de Estados Unidos que desde 2017 han restringido el acceso a divisas y mercados internacionales, mientras resalta la resiliencia popular.

Gobierno y pueblo, una alianza estratégica

A diferencia de otros países, en Venezuela el Estado promueve un modelo de «gobiernos populares y comunales», donde según las autoridades las comunidades no solo gestionan servicios, sino que son protagonistas de la transformación política.

Ricardo Menéndez, ministro de Planificación y vicepresidente sectorial, destaca esta dinámica como un escudo contra las crisis, «hemos enfrentado la guerra contra nuestro país a partir de la organización del poder popular. Cuando intentaron someternos con el hambre, nacieron los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción); cuando atacaron la economía, surgieron respuestas desde las comunidades».

El gobierno revolucionario insiste en que el poder popular es la piedra angular para construir un «nuevo Estado», donde las comunas estructuras de autogobierno local asuman roles históricamente centralizados. Menéndez lo define como una «conjunción entre el presidente y el pueblo»,

El modelo del Estado comunal apunta a redefinir la relación entre instituciones y pueblo organizado. Para el gobierno nacional, estas salas simbolizan un avance hacia la construcción colectiva de la nueva etapa de la Revolución Bolivariana.

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